En la red muchos me conocen como Walewska. Soy curiosa, inquieta, seriéfila, gafapastas y a ratos pedante. Dicen que tengo sentido del humor y yo no sé si es cierto, pero que me gusta reírme continuamente es un hecho. ¡Soy una optimista incorregible! Mi mundo cambió cuando en 2006 tuve a mi hija Aldara y se terminó de dar la vuelta cuando tres años después nació Mencía. Trabajo en un ordenador sepultado entre juguetes en el salón de mi casa. Hiperventilo si se acaba la tarifa de datos y puedo decir que es peor dejarse el abrigo que el móvil en casa. Nadie es perfecto.